Hubo un tiempo en que las
cartas escritas a mano eran un medio de comunicación importantísimo en nuestras
vidas. Yo, en particular, cuando quería decir algo que me incomodaba expresarlo en
forma oral, lo transmitía vía carta. Ni hablar de las épocas en que no existía
el teléfono ni los aviones, épocas en las que la gente separada por mares y
semanas esperaba ansiosa la carta del ser amado.
Y hubo un tiempo en nuestra
infancia, allá por los ’80, en el que las nenas teníamos como pasatiempo favorito
coleccionar e intercambiar papeles de carta.
El "top three" estaba conformado por los papeles que traían a Kitty, los Little
Twin Stars y a My Melody, una conejita
muy tierna que vivía en un mundo rosa.
Y nosotras también vivíamos
en un mundo rosa, lleno de brillantina y de muñequitas de Sarah Kay, un mundo
totalmente limpio en el que nuestra feminidad iba construyéndose día a día,
bajo los consejos de nuestras atentas madres.
Mis favoritos: los Little Twin Stars.
Coleccionar papeles de carta
agudizaba nuestro sentido de la estética y desarrollaba en nosotras un gusto
por lo bello: recuerdo que sabíamos discernir entre un papel de buena calidad y
otro de mala, entre uno original y otro del montón, y cuando lográbamos
hacernos de un papel que nadie tenía, lo atesorábamos para mostrarlo con
orgullo.
Coleccionar papeles de carta
nos convirtió en negociadoras agresivas, también nos introdujo a los principios
del capitalismo: las chicas “bien” (o las “conchetas”, ja!!) podían comprarse
papeles importados, mientras que las chicas de las clases “trabajadoras” nos
teníamos que conformar con papeles nacionales. Recuerdo a una compañerita,
Cynthia, que siempre tenía lo más “in” y lo más rosa. Sus carpetas, su
habitación, su ropa, todo lo que la rodeaba era romántico y con puntillas,
lleno de corazoncitos y conejitos panzones. Todas queríamos tener lo que tenía Cynthia.
Si mal no recuerdo, los
papeles y los sobres los guardábamos en carpetas con folios, y las más
descuidadas lo hacían en esas carpetas de cartón marrón con elástico. El recreo
era el espacio apropiado para nuestros trueques, mientras los varones, celosos,
trataban de llamar nuestra atención haciéndose los pavotes.
Yo moría por los Little Twin
Stars, un par de hermanitos cabezones que eran el colmo de la ternura, siempre
volando entre estrellas y rodeados de criaturitas adorables. Fue un hobby muy
sano, y si bien ya han pasado como 30 años, aún conservo algunos de esos
papeles, los cuales comparto hoy, aquí, con ustedes. Increíblemente, aún
mantienen sus tonos pasteles y el tiempo no los ha percudido en absoluto. Hoy
nos dirían que acumular papeles no es eco-friendly, pero de esas cosas no se
hablaba cuando éramos chicas. Ni de estas, ni de tantas otras.
Lo más gracioso era que si
bien eran básicamente papeles de carta, el objetivo consistía en dejarlos en
blanco, no escribirles nada, como si la pluma de nuestra Parker no fuera
merecedora de tanta delicadeza.
Así como teníamos esta
actividad, teníamos muchas otras, que quedarán para otro post, por supuesto.
Muy bien amigos, espero que les
haya gustado este recuerdo y que compartan todo lo que tengan ganas. Sus
comentarios y opiniones son bienvenidos, desde ya. Les dejo un beso, hasta el
miércoles!!!!
Holaaa!
ResponderEliminarQuéinteresante! En España, ese hobby se puso de moda a principios de los 90 cuando yo iba al colegio, y también hacíamos nuestros trueques en el recreo jajjaja. En nuestro caso, recuerdo que eran sobres y cartas de estilo muy romántico, como victoriano. Estábamos todas locas con ese hobby y recuerdo que la papelería del barrio estaba siempre llena por las tardes, cuando traían nueva mercancía! jajja.
Bonito post. Un saludo!
Ja,ja! Somos de la misma época, me hiciste emocionar, Marian... claro que yo también tenía mis papeles de carta y también eran de Little twin stars; adorables. Pero mi devoción absoluta era hacia todo lo de Sarah Kay; tenía desde carpetas hasta papeles de carta; figuritas brillantes -espero post sobre ellas- hasta cajas guarda tutti -que mi amiga Carla aún conserva en su clóset con bijou-, cuadernos, cartucheras... de todo!
ResponderEliminarYo no usaba folios para guardarlos, era de las desprolijas, ja! Pero tuve muchos y tampoco los escribía...ja!
Besitos, amé el post:)
Me mori con este post. Tuve todos los papeles que posteas y en este momento estoy tratando de recordar desesperadamente a donde habran ido a parar.La verdad que es rarisimo que estos pobres papeles nunca cumplieran su funcion original. Aunque tengo el recuerdo de haber escrito alguna carta muy especial utilizando algunos. Por supuesto, era todo un honor destinar un papel tan lindo para una carta.
ResponderEliminarHermoso post.
Besos!
Qué alegría que les haya gustado el post de hoy, yo también me emocioné mientras los escribía, y qué lindo tener lectoras con las que compartir estos juegos de la infancia. Un beso chicas, gracias por pasar!!!
ResponderEliminarMe encanto este post, yo no viví esa época; pero había hubo un momento en el que con mis amigas del la primaria nos escribíamos postales con sobre y todo de Garfield y no me acuerdo que otros personajes había; pero yo crecí a finales de los '90s y esa inocencia y ternura duró poco y vinieron otras modas; como el tamagochi jaja!. Me encanta cómo lo redactaste además; era otra época...Hermoso post
ResponderEliminarHola Marian! Me pasó lo mismo que a Mati: me emocioné. Lo leí temprano por Reader y cuando empecé a ver las imágenes de los papeles de carta recordé que tenía los mismos y cuánto los cuidaba; todos en folios y sin ninguna letra encima que los saque de su belleza natural (!). Raro hobbie el de coleccionar e intercambiar papeles de carta pero sin duda remiten a una época de inocencia y simpleza en la que nos tocó crecer.
ResponderEliminarBellísimo post.
Besos!
Yo también coleccionaba "cartitas perfumadas" así la llamábamos... pero no por los 80 sino más bien por los 90. Creo que las más buscadas y que llegué a tener gracias a una prima de Rosario era la colección de sirenas con un estilo muy magna japonés. No sé que fueron de ellas. Creo que las comencé a escribir en mi etapa de coleccionar poemas de amor y canciones durante el secundario... No lo recuerdo muy bien.
ResponderEliminarBuenos recuerdos :)
Comparto tooodo lo que decis en el blog acerca de los papeles de carta. Yo aún colecciono, compro e intercambio con otras chicas que son fanáticas como yo. Les dejo mi email si les interesa vender su colección o intercambiar si siguen coleccionando andreaayoroa@hotmail.com
ResponderEliminarsaludos!
Niñas, yo aún las colecciono y tengo miles! si alguien tiene y le interesa cambiar o vender, ubiquenme! animsay_flor@hotmail.com
ResponderEliminarChicas, yo también coleccioné en la época de pleno furor, creo que fue entre 1984 y 1988. Todavía los tengo, son más de 200 (la mitad con sobre) y los vendo porque ya no colecciono.
ResponderEliminarQuien los quiera ver por fotos me escribe a laudesimone@gmail.com
saludos!
Me encantó!Te diría que casi los tengo a todos,aún los conservo! y me gustaría encontrar gente para intercambio!SAludos y les dejo mi mail : ojocontrampantojo@gmail.com
ResponderEliminarMUchas gracias!!