Hola amigos queridos, buen miércoles para todos! Hoy dejo por un momento de lado el vintage porque necesito compartir con ustedes un dolor que me está hachando el corazón desde hace unos pocos días: el viernes 17 de mayo murió mi amadísima gatita persa, Fara, mi compañera incondicional desde febrero de 2006. Les pido disculpas si estas palabras les parecen sensibleras, pero necesito expresar lo que me pasa y que quede suspendido en la blogósfera, para releerlo a través del tiempo y para que llegue -quizás, por esas no casualidades de la vida- a alguien que haya pasado por lo mismo y que necesite una mano amiga. Aquí me tienen.
Fara llegó a mi vida cuando yo trataba de recuperarme de una depresión causada por años y años de tensión psicológica y de autoexigencia: tener que hacerme cargo de un gatito parecía ser una buena alternativa para mi recuperación, según mi psicóloga de aquel entonces. Y no se equivocó: Fara no sólo contribuyó con creces a que yo volviera a la normalidad sino que además me introdujo en el mágico mundo de los felinos.
Increíblemente perceptivos, enigmáticos, astutos, ágiles, silenciosos, majestuosos, recelosos, territoriales, leales y compañeros, los gatos han sido adorados por las antiguas civilizaciones pero también crucificados, por creerlos cómplices de los hechizos de las brujas. Yo creo firmemente que los gatos tienen el don de absorber la energía negativa de un espacio y transformarla en positiva, por eso necesitan dormir entre 18 y 20 horas diarias, para recuperarse de tamaña tarea.
Yo con Fara me sentía segura. Sentía que velaba por mi sueño y que equilibraba mis desajustes.
Uno de los mejores momentos del día era irme a dormir y que ella se acostara a mi lado, o incluso en mi propia almohada. Luego, yo me quedaba dormida al amparo de su cuerpito caliente y su ronroneo tranquilizador. A lo largo de los 7 años y pico que compartimos, me pasaron algunas cosas feas, pero esas cosas pasaron y Fara quedó, y nunca nos separamos.
El sábado pasado, entre lágrimas, recordábamos con mi mamá que la criadora que me dio a Fara en febrero de 2006 me advirtió seriamente "A esta gatita no le gustan los hombres, no está acostumbrada"... Qué??? Sentía adoración por Fernando, mi novio, y él -que jamás había tenido contacto con gatos en su vida- sentía lo mismo por ella.
Faru encendió mi vida - a pesar de que soy una negativa crónica y de que jamás alcanzo el punto de perfección que busco-, y no veía más que belleza en esa naricita chata y en esos ojos color cobre coquetamente delineados. Faru estaba siempre despeinada, pero para mí era la gata más guapa del universo.
La amé con toda mi alma, va a ser muy difícil la vida sin ella. Pero mucho más difícil hubiera sido la vida si ella nunca se me hubiera presentado. Por eso le agradezco a Dios por tan genial regalo, y le pido que me la mantenga peinadita y con los ojitos limpios, porque en algún momento, en un futuro que desconozco, nos volveremos a reunir, y ella volverá a cuidarme.
Gracias amigos por acompañarme. Les dejo un beso enorme, la semana que viene volvemos con más sensaciones vintage. Hasta el miércoles! Y los que tienen ganas pueden entrar hoy y el viernes a la página de Facebook, que estaré subiendo fotos vintage. Los espero!
hola Maru, cuanto lo siento, en estos momentos no hay muchas palabras que pueda decirte para consolarte.Lo único que puedo decirte es que los animales son maravillosos, yo nunca tuve gatos, prefiero a los perros, pero amo a todos los animales del mundo y para mí, mi perro es mi amigo, mi compañero, asique en parte entiendo tu dolor. Si algún día volvés a querer tener un gatito, por favor, no lo compres, hay muuuchos gatitos en la calle esperando un hogar. Un beso.
ResponderEliminarMarian querida, no puedo más que entenderte y abrazarte desde lo virtual. Yo detestaba a los gatos hasta que Mini se apareció en mi vida en medio de una calle, llena de pulgas y toda despeinada. La amé desde el momento en que llegó a mi casa y hoy, luego de casi 2 años de estar juntas, es tan importante como el amor que le tengo a mi novio o a mi familia. Mini es una gran compañera y siempre que me mira sé que se comunica conmigo desde su ser más profundo.
ResponderEliminarVi un programa que decía que no hay que besar a los gatos porque nos les gusta o no hay que acariciarlos demasiado; bueno, Mini es la excepción a esa tonta regla y nos fundimos en mimos y abrazos cada vez que nos encontramos luego de que vuelvo de la oficina.
Entiendo profundamente lo que sentís hoy por la partida de Fara y me da tristeza pero, y aunque suene a consuelo, ella llegó a tu vida para darte todo aquello que necesitabas y para empujarte a salir de aquello que te deprimía.
Nuevamente, un gran abrazo.
Mil gracias chicas por sus cálidas palabras, son amorosas, gracias...
ResponderEliminarque Dios la tenga en el cielo de los gatitos. No cualquier persona tiene el don de amar a un animal, es algo maravilloso. "quien nunca amó a un animal, tiene una parte de su corazón dormida"
ResponderEliminarElla fue tu angelita y vos la suya, recordá siempre eso.
Hola, yo tengo dos gatos que son como dos hijos para mi, no sé por lo que estás pasando, pero debe ser muy duro, sólo piensa en la buena vida que le diste, colmada de mimos y afectos y en lo bueno que ella te aportó a ti y quédate con eso, aunque el dolor tardará en pasar y no la olvidarás nunca, tu vida sin ella no hubiera sido lo mismo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAy, marian... tus palabras me tocan de cerca, el 6/05 falleció Flora, mi amada perrita de 12 años. Lo peor fue que tuvimos que sacrificarla porque su estado era lamentable; una tristeza infinita.
ResponderEliminarTe entiendo y acompaño; sé que debe estar correteando en el cielo de las mascotas, perseguida por Flora; sin dudas.
Abrazo de oso, que pase pronto la tristeza y podamos recordarlas como merecen, con una sonrisa :)
Lloré con cada uno de sus comentarios... Gracias chicas!!!! Un beso!!!
ResponderEliminarHola Marian... lo siento muchísimo!! yo tengo un perrito y es como mi hijo. La diste una vida genial, y se la ve en las fotos en el brillo de su mirada.
ResponderEliminarNo podía haber estado en mejores manos.
Muchos ánimos!!
Te mando fuerza desde Esapaña.
BSS
It Girls Never Exist
Marian, la verdad lamento un montón la pérdida de Fara, era y es muy hermosa. Yo tengo 2 gatos asi que imaginate como comprendo tu sentimiento, te mando un abrazo gigante! para lo que necesites, sabés que acá estoy!
ResponderEliminarNatalia Escandé
Hola Mariana, yo pasé por algo parecido hace un par de años. La verdad q cuando una mascota se va se lleva un pedacito tuyo q por más q otro animalito venga a reemplazarlo no va a ser lo mismo. Yo tenía un salchichita rescatado de un lugar donde lo tenían re mal y por eso era desconfiado con la gente; pero una vez superada esa barrera fue puro amor; cuando me iba me esperaba detrás de la puerta hasta q yo volvía de estudiar y yo volvía lo más rápido q podía porque no podía esperar para verlo, era mi alegría. Lamentablemente vino enfermo y estuvo poquito tiempo conmigo. Pero cómo me dijo una amiga mía; pensá q el último tiempo q estubo con vos fueron los momentos más felices de su vida...
ResponderEliminarUhh unos días feos te esperan, he pasado por situaciones similares en reiteradas oportunidades, siempre tuve animales, y es algo jodido de sobrellevar. Uno se encariña, es así. Lo bueno es recordarla como haces vos.
ResponderEliminarBesos Marian!
Mil gracias a todas por sus hermosos comentarios y por compartir sus experiencias conmigo... Un beso grande, gracias...
ResponderEliminarEscribo un poco tarde pero bueno, entiendo a la perfección tus palabras porque yo soy una gran defensora de los gatos, siempre los he tenido y no quiero ni pensar cómo me pondría si alguno de mis pequeños se me fuera(tengo dos de 6 años y uno más chiquito, de 1 año), creo que Fara sentía lo mismo por vos y te ayudaba en todo lo que podía, aunque algunas personas no lo crean yo pienso que nuestros animales entienden todo lo que les afecta a sus dueños, cada sentimiento triste o alegre.
ResponderEliminarMe gusta la idea de que alguna vez todos volveremos a encontrarnos.
Un abrazo.
Jazmín.