miércoles, 31 de julio de 2013

Fin de año en Bali

Fotos: www.ciaovogue.com - Copyright de Condé Nast


Hola amigos, cómo están? Antes que nada, bienvenidos los nuevos seguidores. Mil gracias por sumarse.

Hoy comparto con ustedes una hermosa producción de moda realizada en Bali y publicada en la Vogue USA de diciembre de 1970. Por aquel entonces la directora editorial era Diana Vreeland, y a ella le gustaba cerrar el año con número especial.

Ya en los años '50 la Vogue había incursionado en producciones de moda fotografiadas en paisajes exóticos, pero estas primeras producciones tenían cierto tinte artificial, ya que la modelo con ropas occidentales quedaba medio desubicada en esos parajes lejanos. Lo que yo noto en las fotos a continuación es que la ropa está integrada al paisaje, lo que implica un par de cosas: 1) Los diseñadores tomaron elementos de Oriente para sus creaciones y 2) Los editores de moda ya tenían un ojo lo suficientemente entrenado para saber integrar las prendas al paisaje.

Es verdad que el look bohemio de fines de los '60 y comienzos de los '70 tomaba muchas características de las culturas orientales.

Veamos...


"Bali-Go", Vogue USA diciembre de 1970. Fotógrafo: Henry Clarke. Modelos: Lauren Hutton y Pilar Crespi.




Una de las modelos es la famosa Lauren Hutton (famosa por sus dientes separados), que aún hoy sigue siendo muy bella y un referente dentro del mundo de la moda. A fines de los '70 eran muy comunes las túnicas y los estampados que remitían a las culturas orientales, todo esto producto de los movimientos pacifistas que se habían empezado a gestar a mediados de los '60. 




Reverenciando a la diosa...





Hoy, con toda el agua que ha pasado debajo del puente en los últimos 50 años, no nos resulta chocante ni extraño ver a estas dos bellezas occidentales en medio de una ceremonia balinesa, no?







Guau, preciosa la combinación de colores y la silueta de este vestido...




Esa especie de humito que se ve a la derecha de la foto debe ser una mancha de humedad en el ejemplar original del que se tomaron las fotos, qué lástima!







Un conjunto muy actual: estos sweaters cortos y las faldas a la rodilla los hemos visto contadas veces en las últimas temporadas. Perdonen el cliché, pero no hay dudas de que todo vuelve...










Atenti: cinturón ancho metálico, muy sexy, aunque debe ser incómodo!!!




El mar y su eterna idea de libertad: si bien este número fue publicado en el invierno del hemisferio norte, fíjense que aquí se muestran prendas veraniegas. Una rareza para la época.







Miren qué maxi colgante...










Divina y actual, muy boho chic.




El famoso vestido camisero que también ha vuelto a usarse en los últimos tiempos...




Un compilado de las prendas que más se verían en los '70: el chaleco tipo sahariana de YSL, el traje de pantalón y chaqueta y el vestido camisero. Todo en el contexto de un paisaje balinés.




Y amigos? No les pareció lindísima esta producción de hace 43 años? Yo no soy muy fan de las producciones de moda en la playa, ya que te quieren vender la idea de que una puede verse despampanante en traje de baño, y esas no son más que patrañas, porque sólo las modelos se ven bien en traje de baño... Pero estas fotos me gustaron porque muestran a una mujer más accesible, descontracturada, sin tanto artificio...

Mil gracias por pasar por este espacio, los espero la semana que viene... Un beso!!!!

miércoles, 24 de julio de 2013

Postales vintage de artistas argentinos

Fotos: de mi colección personal


Hola amigos, cómo están? Buen miércoles para todos! El sábado pasado visitamos con mi novio la "Feria de los artistas" en la Casa del Teatro, una feria americana que se realiza sólo un mes por año con donaciones de artistas argentinos y de público particular, con el objetivo de recaudar fondos para mantener a los actores ancianos que no tienen otros medios.

Qué pueden encontrar en la feria?: ropa, calzado, libros, bijou, carteras, sombreros, cinturones, guantes, fotos y hasta cuadros. Algunas de las donaciones llevaban el nombre del artista que las había cedido: había zapatos y vestidos de Mirtha Legrand, vestidos de Viviana Canosa y de la Flor de la V, y un super tapado de piel de Beatriz Bonet. Todos estos ítems no tenían precio, así que supongo que estarían saladitos. Las demás cosas estaban baratísimas, vestidos a $80, carteras a $25 y piezas de bijou desde $10. Una auténtica feria americana, como debe ser. Había piezas de época y otras más actuales.

Justamente por estos precios es que a la Feria de los Artistas asisten muchos revendedores que arrasan con todo. Yo pude ir el sexto día y ya prácticamente no quedaba bijou en las vitrinas. Pero bueno, así son las reglas del juego.

Compré algunas fotos que quiero compartir con ustedes...


Nelly Meden

Este rostro llamó rápidamente mi atención: es el de la actriz argentina Nelly Meden (nacida en Rosario en 1928 y fallecida en Buenos Aires, en 2004). Su nombre real era Nélida Medina, pero Nelly Meden sonaba mucho más glamoroso para la época, no? Mi mamá se acuerda de ella, yo lamentablemente no. Es una gran deuda que tengo con nuestros artistas argentinos.

Cuando me topé con esta foto, no podía dejar de mirarla: el cutis brilloso, las pestañas postizas, las uñas, la bijou de estrás, el anillo, las cejas super depiladas y delineadas... Este rostro de los '70 no podía dejar de estar en Sensación Vintage.



Nelly fue actriz de teatro, cine, televisión y radio, y a fines de los '60 viajó a México en busca de mayores oportunidades laborales (se quejaba de que acá no había mucho trabajo), lugar en el que finalmente se quedó por 15 años. Según cuenta Wikipedia "Nunca se casó, vivía acompañada de su anciana madre Betsabé, su perra y sus amigos".

Aquí Nelly Meden a fines de los '40, muy parecida a la comediante norteamericana Lucille Ball.




Paulina Singerman y Oscar Soldatti


Otro foto que encontré en la Casa del Teatro: un grupo de actores, en 1948, antes o después de subir a escena, no lo sé. Fíjense en la chica vestida de muchacho, con zapatos oxford y medias tres cuartos. Observen los zapatos con plataforma de los '40, las cinturas entalladas y el peplum o sobrefalda del trajecito de la señora. Los peinados de aquel entonces eran estructurados y bastante complejos. Había que dedicarle mucho tiempo al pelo para verse a la moda.

La actriz disfrazada de "botones" es la argentina Paulina Singerman (1911-1984), quien protagonizó varias películas hasta 1944, cuando se retiró de la pantalla grande por problemas con el peronismo. Luego siguió trabajando en teatro y TV. "En cine interpretaba generalmente personajes de millonarias caprichosas", nos advierte Wikipedia.




Si no me equivoco, el señor de anteojos es el actor, periodista y caricaturista Oscar Soldatti, que estuvo casado con nuestra querida actriz Lydia Lamaison entre 1947 y 1965, año en el que fallece.


Lydia Lamaison


Y hablando de Lydia Lamaison (Mendoza 1914-Buenos Aires 2012), aquí la tenemos en escena, tomándose un tecito y emperifollada con collar de perlas y moño. Las hombreras y los zapatos con plataforma gritan años '40, y el teléfono blanco nos remite a esas comedias amorosas de la época con final feliz. Me gustaría saber más sobre esta escena, pero lamentablemente no tengo más datos...

Lydia Lamaison fue una actriz muy prolífica, que se mantuvo en actividad hasta último momento.




Muy bien amigos, esto es todo por hoy. Alguno fue a la Feria de los Artistas alguna vez? Se llevaron algo interesante? Cuenten! Les dejo un beso, hasta la semana que viene!!

miércoles, 17 de julio de 2013

La mujer del siglo XVIII: su maquillaje


Fuente de información: www.demodecouture.com
Fotos: retratos de damas de la época por diferentes artistas


Hola amigos, cómo están? Buen miércoles para todos! Desde hace un tiempo me carcome una obsesión: la mujer del siglo XVIII, su avance en la sociedad de la época, su extremo glamour (hablamos de la mujer de la corte, de las clases altas y de la burguesía en ascenso), sus trajes exquisitos y la cantidad de capas de ropa que se ponían diariamente, sus peinados altísimos y espolvoreados y su maquillaje excesivo, hasta el punto de hacerlas parecer muñecas de porcelana. Un dato interesante es que durante parte del siglo XVIII el maquillaje en exceso, artificial, tanto para caballeros como para damas, era un must entre los miembros de la nobleza, y entre aquellas personas que ascendían socialmente gracias al avance del comercio. Esto es algo que hemos visto en muchas películas de época, no?





Estar maquillado como una puerta, con una especie de revoque grueso, era sinónimo de riqueza y poder, aunque muchos de los productos que se usaban en la época eran nocivos, incluso letales.

Hagamos un recorrido por el maquillaje de la mujer del siglo XVIII, que se corresponde estrictamente con la Francia del Iluminismo, sobre todo a partir de la mitad del siglo y hasta la Revolución de 1789 (aunque ya hay indicios de este tipo de maquillaje en el siglo XVII).    

Para empezar, comparto con ustedes este simpático video que encontré en Youtube, en el que vemos a una chica tratando de imitar el maquillaje de este siglo. Lo único que le cuestiono es la sombra de ojos, ya que los ojos no se maquillaban por aquel entonces.





Mientras más blanco, mejor

Así como en décadas más recientes la piel bronceada era símbolo de status, belleza y salud, en el siglo XVIII la tez blanca espectral era el objetivo de miembros de la nobleza, de cortesanos y de la burguesía. Cuanto más pesado fuera el maquillaje blanco, más se respetaba a su portador.




Los maquillajes blancos -que se aplicaban en el rostro, cuello, escote y hombros- estaban hechos a base de plomo, que era famoso por su opacidad pero también por su toxicidad. Esto parecía importar poco a las damas, que igual seguían embadurnándose. Mientras más artificial se viera la cara, mejor (fue conocido en la época el caso de la actriz inglesa Kitty Fisher, que murió a los 23 años envenenada por su propio maquillaje). Otros ingredientes para lograr el elixir de la palidez eran el bismuto y el vinagre.


La pobrecita de Kitty Fisher




Otro tip de belleza de la época: para resaltar la blancura del rostro, algunas mujeres se trazaban venas con un lápiz azul... Qué me cuentan?


Ruborizadas

El maquillaje de la época hacía foco en las mejillas, que tenían que verse muy rozagantes, en contraste con la palidez del rostro y del cuello. Mientras las damas de la corte usaban grandes y exageradas franjas de rubor desde la esquina del ojo hasta la comisura de los labios, las burguesas y las nobles provincianas eran más discretas: sólo un toque de rubor en el centro de las mejillas.

Y parece que estas muchachas estaban dispuestas a morir en nombre de la belleza, ya que para colorearse las mejillas también usaban sustancias tóxicas. Por suerte, algunas de estas cremas carmesí también se hacían a partir de productos vegetales.





Qué me han hecho tus cejas...

Se usaban en forma de medialuna con finales estrechos. Generalmente se oscurecían con un lápiz, con saúco o con corcho quemado. Los hombres y mujeres de la corte eran más extremos: ocasionalmente usaban cejas falsas hechas con piel de ratón... Qué lindo, no? (Ja!).

Los párpados no se maquillaban. En algunos retratos se ven enrojecidos, pero eso probablemente se deba a una reacción alérgica al plomo del maquillaje blanco (qué sacrificio estar bella!!).

Otro detalle del maquillaje del siglo XVIII fueron los famosos lunares oscuros (conocidos como "mouches", "moscas" en francés), que se hacían de seda, de terciopelo, de satén o tafeta y se adherían a la cara con pegamento. Esta tendencia se daba sólo entre los miembros de la aristocracia, tanto en hombres como mujeres.





Boquitas avinagradas 

Para mediados del siglo XVIII, comenzaron a venderse barras para labios, muy rústicas por supuesto. Otra forma de enrojecer los labios era usando alcohol destilado o vinagre. Insisto: estas muchachas soportaban lo peor para estar bellas.

Los labios se maquillaban de forma tal (dejando parte de estos sin maquillar) que quedaban hechos unas pequeñas y simpáticas trompitas.

Así quedaba emperifollada en maquillaje la mujer aristocrática francesa de este interesante siglo, muy diferente a la inglesa, que era un poco más modesta a la hora de maquillarse.

Desde el punto de vista de la moda y el ornamento, el siglo XVIII fue puro exceso (siempre hablando de las clases ascendentes, de la nobleza y la aristocracia. Las clases pobres no estaban para estas pavadotas...). 


Aquí un retrato de la famosa Madame de Pompadour disfrutando de su sesión de maquillaje.




Y, qué les pareció el recorrido? Les juro que hace unos días, vi en el subterráneo a una chica que tenía una cara extraída del siglo XVIII. Era idéntica a la Madame de Pompadour de este último cuadro... Lo habrá pensado ella alguna vez?

Prometo más posts sobre la mujer del siglo XVIII, es un tema fascinante. Por ahora me despido y los espero la semana que viene con más sensaciones vintage... No me fallen!!!! Un beso para todos!!!

miércoles, 10 de julio de 2013

Sensaciones de los '70


                                  Fotos: www.ciaovogue.com (Copyright de Condé Nast)


Hola amigos, muy buen miércoles para todos!!!!! Si bien yo nací en 1973, son poquísimos los recuerdos que me quedaron de aquella década. Es de entender, era demasiado chiquita. Pero sí tengo sensaciones asociadas a recuerdos, y cuando vi las dos producciones a continuación (Vogue francesa, noviembre de 1975) algunas de esas sensaciones volvieron a asomar... A todos nos pasa: un aroma, una textura, un sabor nos disparan recuerdos nebulosos, indicios de algo que pasó hace tiempo pero que nos cuesta reconstruir a la perfección. 


Fotos de Jean Bofferty


Frío, mucho frío, en los inviernos de mi infancia Buenos Aires era muy fría. Recuerdo que las primeras heladas llegaban con la escarapela argentina, el 25 de mayo. Ese día volvíamos a ponernos los tapados de paño.







Las botas de caña alta... Mi mamá las usaba mucho y yo se las robaba para disfrazarme. En los '90, volvería a usar esas mismas botas para ir a la Facultad de Filosofía y Letras, medio a los tumbos y dolorida porque las botas eran N° 36 y yo calzo 37...




La familia, los paseos en las tardes soleadas de invierno, mi mamá con sus tapados largos -hechos a medida, qué épocas!- y la moda masculina de los '70... Que de tan fea ya nos resulta tierna! 




La TV en blanco y negro... Y la señal que a la medianoche indicaba que la programación había llegado a su fin. Y hasta mañana.





Las poleras de cuello alto, los sweaters de lana tejidos por mi abuela, las vacaciones de invierno en Mendoza y un recorrido de más de 1000 km en tren con camarote. El primer indicio de que ya estábamos en tierra mendocina eran las extensas plantaciones de viñedos a través de las ventanas. Mendoza, la tierra del sol y del buen vino, y ese olor a frío seco que nos dejaba los cabellos lacios, no con el frizz de Buenos Aires.  










Fotos de Jim Dorrance


Y hablando de cabellos lacios... Siempre fue la obsesión de mi mamá que mi hermana y yo tuviéramos el pelo largo y lacio, algo medio complicado en la humedad de Buenos Aires. Antes del auge de las planchitas, nuestra madre nos planchaba (literalmente hablando, nos planchaba con una plancha para ropa) los mechones sobre la mesa de la cocina. Y nos sentíamos divinas, como la chica perfecta de las fotos a continuación.





Y los '70 fueron ir a la escuela en plena dictadura militar, con medias azules hasta la rodilla y el pelo tirante, hasta el dolor casi. Teníamos que vernos perfectas.




Y los looks cuidadísimos de esta modelo en noviembre de 1975 me recordaron mucho a la pulcritud que nos exigían en la familia y en la escuela: el delantal que enceguecía de tan blanco. los zapatitos lustrosos y ojo con decir malas palabras. De todas formas, no reniego de esa educación,  a mí me sirvió en la vida. Aunque haber sido un poquito más rea no hubiera estado tan mal!




Dejando de lado los recuerdos, las sensaciones, el pelo tirante y los zapatitos brillantes... No está buenísimo este look a continuación? Hermoso en los '70, hermoso hoy, hermosamente atemporal. Un look "sin esfuerzo", como se dice hoy.




Al final tengo más recuerdos de los '70 de los que imaginaba!!!!! Y ustedes? Algún lector que haya transitado aquella década? Me encantaría leerlos!!!!

Muy bien amigos, esto es todo por hoy. Les dejo un beso grande, hasta la semana que viene!!!!

miércoles, 3 de julio de 2013

Musas vintage: repasando el estilo de Diana Vreeland


Fuente de información: el documental "Diana Vreeland: the eye has to travel" (disponible en You Tube)


Hola amigos, cómo están? Buen miércoles para todos!!!! Muchas gracias a los que se van sumando a Facebook: además de los links a los posts del blog, voy subiendo fotos que no están incluidas en este espacio y lo actualizo los miércoles y viernes. Los espero!

Vayamos al tema de hoy...

Cuando se habla de la famosísima editora de moda Diana Vreeland (1903-1989), siempre se menciona que no poseía un rostro naturalmente agraciado (aunque sí contaba con una silueta y un porte dignos de una modelo), pero sí se destacaba por otros méritos, entre ellos su estilo único y  una personalidad demoledora.





De niña, allá por la primera década del siglo XX, la dulce madre de Diana Vreeland le decía "mi pequeño monstruo", algo que la atormentaba y que la llevó a buscar refugio en la danza. Esto no impidió que en 1924 conociera a su marido, que era todo un guapetón.





Diana Vreeland no era fea, sólo un poco narigona pero cautivante, sin educación formal pero con una enorme habilidad para absorber lo mejor de la época que le tocaba vivir. 

Diana vivió y experimentó casi todas las décadas del siglo XX y, al igual que en mi caso, amó con locura los años '20 y los '60, porque fueron épocas que le dieron rienda suelta a su imaginación desbordada.





En 1936, entró medio de casualidad a trabajar en la Harper´s Bazaar norteamericana, en la que quedó a cargo de una columna llamada "Why don´t you?", que hoy conocemos como "Por qué no...?". Allí sugería las cosas más alocadas, dándole una bocanada de aire fresco y soñador a la publicación. Cuando ingresó a HB, Diana tenía 33 años, y hasta ese momento nunca había trabajado. Su vida consistía en viajar, criar a su hijos, ir al teatro y a reuniones sociales. Toda una regia, no?





De ser columnista pasó a ser editora de moda y a demostrar un talento nato para la creatividad y la innovación. El enfoque de Harper's Bazaar cambió radicalmente durante los 26 años que Diana estuvo en la revista: de mostrar a una educada, perfumada e impecable ama de casa, HB pasó a realizar sus producciones de moda en lugares exóticos con las más lujosas prendas y con las modelos más carismáticas. Durante el período de Vreeland en la HB, las modelos comenzaron a tener nombre y apellido y a convertirse en figuras.



Pero pasemos ahora a lo central en este post: el icónico estilo de Diana Vreeland.

Las uñas largas y ovaladas, siempre rojas, y el mismo brazalete en ambas muñecas extendían sus manos de finos dedos hasta el más allá.

Siempre cubierta con joyería, se la ve en muchas imágenes con este cuerno pendiente de una cadena dorada.



     

Su corte bob era inamovible, y generalmente se tiraba los mechones de adelante hacia atrás.





Espigadísima, tenía muy buen gusto para vestirse (la vi en varias imágenes con estas botas de pitón... Espectaculares, no?). Su vestimenta por lo general era atemporal: a la Diana Vreeland de los '60 perfectamente la podríamos ver ahora, en pleno siglo XXI.







En 1962, Diana deja HB y pasa a la Vogue, revista en la que estuvo hasta 1971. Durante este período, la Vogue presentó producciones muy costosas, realizadas con los fotógrafos más emblemáticos. 




 
En los '70 y en los '80, Diana Vreeland asesoró al Instituto del Traje del Metropolitan Museum of Art, dándole vida a todas las piezas que estaban tristemente escondidas. Empezó a organizar una muestra temática por año (en el documental que les menciono al inicio del post vemos una dedicada a las mujeres del siglo XVIII, otra a Balenciaga y otra a Hollywood), convirtiendo las inauguraciones en verdaderas alfombras rojas repletas de celebrities.






Fue así que nació la famosa gala del Met que se realiza todos los años (en mayo) en NYC. Diana Vreeland lo hizo, señores.





Y podría seguir escribiendo horas sobre esta musa, pero el tiempo en la oficina es tirano!!!! La actual directora de Vogue USA, Anna Wintour, ha tomado muchísimas cosas de su colega, entre ellas la exigencia y un olfato especial para percibir lo que se viene. 

Muy bien amigos, esto es todo por hoy. Hoy llegué tarde con el post pero aquí estoy. Les mando un beso grande, hasta la semana que viene!!!!!