miércoles, 6 de noviembre de 2013

Educando a las hermanas Ocampo


Fotos vintage: tomadas del catálogo "La Gran Ilusión: vida cotidiana en Villa Ocampo durante la Belle Époque" - www.villaocampo.org


Hola amigos, cómo están? Gracias por esperarme estas semanas!!! El fin de semana pasado visité la Villa Ocampo, que fue propiedad de la aristocrática familia argentina de igual nombre que tuvo entre sus miembros a dos importantes escritoras: Victoria (1890-1979) y Silvina (1903-1993), la mayor y la más pequeña de las seis hermanas Ocampo, respectivamente. 

La antigua mansión de estilo victoriano es ahora propiedad de la Unesco y puede visitarse, lo cual es una experiencia única para los que amamos el pasado. Y para los que no lo aman también, por qué no.

Imponente...




Piensen en una época en que las clases medias recién iban asomando sus cabezas gracias a la prosperidad que se vivía en Europa y que de rebote también vivíamos en Argentina. Piensen en una época en la que la oligarquía argentina se iba desprendiendo de su estilo colonial para dejarse influir por Francia e Inglaterra. Estamos hablando de fines del siglo XIX y comienzos del XX, período conocido como Belle Époque, y que realmente lo fue contrastado con lo que se vendría a partir de la Primera Guerra Mundial, en 1914.

Pensemos en una época en la que los niños de las clases altas eran educados por institutrices inglesas y francesas en sus propias casas, y en la que sus rutinas estaban fuertemente pautadas, como así también todos los quehaceres domésticos y la recreación. Familias acomodadas, como la de los Ocampo, vivían en el centro de Buenos Aires y pasaban sus veranos alejados de la ciudad, y esto fue lo que motivó la construcción en 1890 de la Villa Ocampo, en San Isidro (provincia de Buenos Aires), de cara al Río de la Plata. 1890, año que también vio nacer a la mayor de las hermanas Ocampo, Victoria, quien a partir de 1941 ocuparía la casa definitivamente.

   
1911: Francisca (Pancha), una de las seis hermanas Ocampo, junto a la cancha de tenis en el jardín de Villa Ocampo.  




En aquella época no se jugaba al tenis en short o en pollerita, sino de estricto largo, aunque un poco más suelto que lo que imponía el código de vestimenta de la primera década del siglo XX. Para ese entonces, el corset tendía a desaparecer y la cintura a subir, pero hubo unos años en los que se usó la poco feliz moda de la falda trabada (importada de Europa, desde ya!), que prácticamente les impedía el paso a las pobres señoras. Por suerte, esa tendencia duró poco... Ya bastantes restricciones teníamos las mujeres por aquellos años!
  



2013: la que suscribe junto a un taxi de 1905-1906, en los jardines de Villa Ocampo.




La fuerte presencia de Victoria Ocampo en la vida intelectual argentina desde su adolescencia hasta su muerte en 1979 está sin duda ligada a la exquisita y estricta educación que recibió desde niña como miembro de una familia adinerada e influyente: una institutriz para todas las materias en francés, otra para las materias en inglés, clases de música, labores y una devoción por el conocimiento. 

Podrá gustarles o no, es discutible, pero Victoria ("Vic", como la llamaban) no se andaba con chiquitas: si bien terminó sucumbiendo al matrimonio, realmente lo ponía en duda porque pensaba que interferiría en su carrera intelectual. Como así fue, terminó separándose en 1914, luego de dos años de casada. Y nunca más volvió a casarse. Tampoco tuvo hijos. Fue la primera mujer en recibir registro de conductora en Argentina y fue la fundadora de la editorial Sur... Todo esto en una época en que las mujeres ni siquiera votábamos... Sin duda su "buen" apellido debe haber contribuido a las libertades que se permitió en una época difícil para nosotras, pero en la misma época la tenemos a la poetiza Alfonsina Storni, sin linaje y sin un centavo, que también rompió el molde...

1907: una joven Victoria Ocampo con una de las mascotas de la familia, la cabra Blanchette, en el jardín de Villa Ocampo. 





1907: Victoria y Silvina Ocampo, y Blanchette, en el jardín de la Villa. Trece años separaban a Victoria de Silvina, la más joven de las Ocampo y la que luego sería la mujer de Adolfo Bioy Casares. Se dice que Victoria siempre quiso ser escritora de ficción, pero la que demostró talento para este menester fue la más chica.





1911: Angélica, otra de las hermanas, en la "pelouse" (césped!) de Villa Ocampo. Fíjense en la foto de abajo: hoy se mantiene la misma fuente.







Mientras iba recorriendo las diferentes habitaciones de la mansión, pensaba en lo que sería la vida de estas muchachas en pleno verano bonaerense en los primeros años del siglo XX: sus juegos, sus risitas, sus lecturas en francés, sus mil obligaciones de nenas "bien", las comidas en familia, sus vestidos de telas claras y livianas y un intenso olor a jazmín como hilo conductor. Hasta mediados de noviembre, la Villa Ocampo estará ambientada para la exposición "La Gran Ilusión: vida cotidiana en Villa Ocampo durante la Belle Époque", que fue la que inspiró este post. 

1912: Victoria Ocampo embarcada rumbo a Europa. Fíjense qué desafiante... 




Muy bien amigos, les agradezco muchísimo por volver a pasar por el blog, ojalá hayan disfrutada el recorrido de hoy. Les dejo un beso, hasta la semana que viene!

2 comentarios:

matichica dijo...

Me debo esa visita... hasta cuándo hay tiempo para visitar la villa?
Coincido con vos, estos lugares son una invitación a imaginar la vida en el pasado, esos días largo y calurosos con Srtas. sentadas en sus sillones en la galería y las miles de intrigas que se desataban por los pasillos... fascinante!
Ya sé que estás ocupada, pero si pasás por el blog, no dejes de ver el post del lunes, yo sé por qué te lo digo, ja!
Besos, Marian:>

Evelyna Callegari dijo...

Qué lindo viaje al pasado!!!