Más que una cuestión de edad

"Después de la batalla yo soy Sam", Vogue España Octubre 2010. Fotógrafo: Bruce Weber. Texto: C. Carrillo de Albornoz.

La chica sonriente con la zapatillita en la mano es la artista inglesa Sam Taylor-Wood (Londres, 1967), fotógrafa y cineasta y amiga de muchos grandes del ambiente artístico y fashion, como Elton John y Stella McCartney. El adorable muchacho de rulos es Aaron Johnson, un actor inglés de 20 años que quizás pronto veremos interpretando a un joven John Lennon en "Nowhere boy", el primer largometraje de Sam Taylor-Wood, que ya ha recibido buena crítica de la prensa, incluso la aprobación de Yoko Ono.

La conexión entre estos dos artistas?: una historia de amor entre una mujer de 43 años (madre de dos hijas de su primer matrimonio, sobreviviente de dos cánceres) y un chico 23 años más joven que ella, protagonista de la película mencionada previamente. Dónde surgió el amor? En el set de filmación, mientras ella atravesaba su divorcio. Uno de los resultados más lindos de esta historia de amor? Una beba llamada Wylda Rae, nacida recientemente.

Y por qué este post en un blog de "sensaciones vintage"? Porque me gusta documentar los importantes cambios culturales que vamos sufriendo, cómo nos ubicamos las mujeres en la actualidad y cuáles eran nuestras limitaciones varias décadas atrás. Por supuesto que formar pareja con hombres más jóvenes que nosotras era algo impensado, casi taboo. Todo bien si un señor adinerado de 50 años contraía enlace con una muchachita de 20, pero qué locura que la situación fuera al revés, una vergüenza nacional. Lo más probable es que el muchacho fuera un "vividor", comentaban las vecinas.

A mí en 1993 me daba pudor decir que mi novio tenía un año y medio menos que yo, siempre esquivaba el tema. Y hoy por hoy veo muy natural que mi actual pareja tenga 6 años menos que yo (él 31, yo 37). Quizás hasta ustedes, amigos, puedan decir "Pero 6 años no es nada!". Bueno, puede ser, pero hace 20 o 30 años hubiese sido un poquito escandaloso entre mis familiares. Hoy las mujeres no somos las mismas, y los hombres, tampoco.

Celebro los amores que pisotean los prejuicios y afrontan las consecuencias, porque al fin y al cabo ni la pareja más convencionalmente "perfecta" está exenta del fracaso y la infelicidad. Lo importante es hacer lo que uno siente, respetándose a sí mismo y al que tiene al lado, y ser conciente de que la vida es imperfecta y que no todo tiene por qué tener un final feliz. Ser positivos cuando decidimos encarar una relación "especial" no quiere decir ser mentalmente cerrados ni negadores.

"Toda esta obsesión con la edad es insólita y frustrante. La gente que se enmora no ve el color, ni la religión, ni la edad. La gente rompe o se enamora del otro no por la edad, sino por las decisiones que tomas en la vida, por la compatibilidad. Es una cuestión de quién es el otro, de que le ames y te corresponda. Nosotros jamás hemos pensado en términos de edad. Es más, en muchos aspectos Aaron es mucho más maduro que yo y, por supuesto, mucho más que muchos hombres de mi edad", declaró la artista a Vogue.

Y como un empujoncito de aliento para aquellas parejas que en pleno siglo XXI aún son miradas con recelo por no representar el "ideal" de nuestras abuelas, cierro el post con una foto bien casera que mi novio César nos sacó este fin de semana, descansando en un camping en Zárate (provincia de Buenos Aires).

Un beso grande y hasta la próxima!!!!!